Beben tesgüiño de maíz y peyote, yerba de los portentos, sinfonía lograda que convierte los ruidos en colores; y larga borrachera metafísica los compensa de andar sobre la tierra, que es, al fin y a la postre, la dolencia común de las razas de los hombres.
Cada una de estas direcciones se relacionaba con una energía generadora y su simbolismo. Al Este, Tlaloc, iniciador de la vida y la fertilidad. El Este era la región donde había tenido origen el curso del Sol. El Oeste se relacionaba con Chalchihuitl, la esencia que colecciona el agua en los cenotes sagrados, arcas del tesoro que encierra la vida. El Oeste es la región donde se oculta el Sol, se guarda también la energía. Mictlantecuhtli se encontraba hacia el Norte y era el señor de la Muerte, del Poder y la Fuerza. El Sur se identificaba con Xochipilli, principal de las flores (flores y canto son lo más elevado que hay en la tierra para penetrar en los ámbitos de la verdad). El centro era representado por Tonatiuh.